Antes de fallecer en febrero de 2014 Carlos Páez Vilaró, uno de los artistas uruguayos contemporáneos con mayor reconocimiento internacional, realizó un mural para el complejo deportivo Uruguay Celeste, encargado por el técnico Óscar Tabárez.
En principio, el artista iba a realizarlo directamente sobre el muro, pero por las condiciones que presentaba unido a las constantes transformaciones estructurales que sufre el complejo, acordaron utilizar como soporte la tabla, para así poder facilitar la movilidad, en caso de que sea necesario, y la óptima conservación de la obra.
Como curiosidad de esta pintura mural, vemos como Vilaró pintó la pelota «talismán» que regaló a la selección uruguya para el Mundial de Sudáfrica en 2010 y que le trajo tantas alegrías hasta su desaparición.