Desde el momento de su ejecución la pintura mural se ve expuesta a un proceso de envejecimiento y degradación irreversible que sin medidas de control y protección puede llevarle a su completa desaparición.
El patrimonio mural como testimonio vivo de la historia es un relato único de la memoria colectiva y el desarrollo del arte y la sociedad uruguaya, por lo que se hace imprescindible su conservación y gestión como producto identitario y cultural.
Esta es una pequeña visión a las distintas formas de degradación que sufre el patrimonio mural uruguayo: